¿Reuniones o confesiones?
Historia (imaginada) de un sacerdote que recordó que lo más importante es cuidar a las ovejas. Autor: P. Fernando Pascual Fuente: Catholic.net
El abad acababa de entrar a su oficina. Abrió la agenda con el programa del día.
9.00, reunión con el consejo del monasterio.
10.30, reunión de sacerdotes del sector.
12.30, reunión con los administradores de la zona.
15.00, reunión del obispo con los agentes de pastoral.
17.30, reunión para planeación de la catequesis.
Sonó el timbre de la sacristía. El abad estaba colocando varios papeles en su sitio, cuando se acercó el hermano portero.
"Ha llegado una señora anciana con un chico joven. Quieren hablar con un sacerdote".
"Diles que estamos ocupados, que vengan más tarde".
El portero se retira. A las 8.45, el abad se dirige a la sala de reuniones. Tiene que pasar por la sacristía. Allí seguían, en pie, la señora y el joven.
"Padre, perdone nuestra insistencia. ¿Podemos hablar un momento con usted?"
"Buenos días, buenos días. Perdonen, es que tengo un poco de prisa. Ahora debo ir a una reunión, y toda la mañana y la tarde voy a estar ocupado. ¿No pueden venir más tarde, cuando encuentren algún sacerdote libre?"
"Padre, es que llevo más de un año con deseos de confesarme. Nunca encuentro a un sacerdote en la iglesia, o si lo encuentro están siempre muy ocupados. Pero hoy no puedo dejar pasar más tiempo. Convencí a mi nieto para que viniese a confesarse o, al menos, a hablar un rato con un padre. Quizá es el momento de Dios, no habría que dejar pasar más tiempo. ¿No le parece?"
El padre abad sintió un poco de pena, pero es que las reuniones son tan importantes, y estaban programadas desde hacía tanto tiempo…
"Mire, señora, seguro que hacia mediodía encontrarán otro padre. El ecónomo salió de compras, el administrador ahora viene conmigo. El encargado de catequesis lleva unos días fuera en cursillos de actualización, pero cuando regrese estoy seguro de que les recibirá con mucho gusto".
"Padre, por favor, mi nieto está aquí ahora, pero a mediodía tiene que irse. ¿No es posible hacer algo, encontrar a alguien?"
El padre abad notó dentro de sí un movimiento de impaciencia. Tenía prisa. El reloj marcaba las 8.55. Pero había que mostrarse educado.
"Señora, lo siento… Seguro que habrá otra oportunidad… Quizá cuando vuelva su nieto, otro día…"
Como la señora hizo un gesto de insistencia, el padre decidió escapar directamente por la iglesia, para llegar más rápido a la sala de reuniones.
Al pasar por la capilla del Sagrario, hizo la genuflexión. Algo dentro de sí le dejó triste e inquieto. Como si Cristo le susurrase al corazón: "¿Vas a dar más importancia a las reuniones que a unas personas que han llegado aquí para pedir ayuda? ¿Para eso te escogí sacerdote?"
Fue como una lanzada profunda. Unas lágrimas asomaron por sus ojos. Repitió la genuflexión, y fue otra vez a la sacristía.
La señora y el joven estaban a punto de salir por la puerta lateral. El abad les dijo en voz alta: "Esperen, creo que hay una solución. Vuelvo en seguida".
Volvió al despacho y llamó al portero. "Cancela todas las citas que tengo en la mañana. Están anotadas aquí, en la agenda".
"Pero, padre, si ya el consejo está reunido para la reunión".
"Ahora hay algo más importante. Luego explico a todos lo que ha pasado".
Fue a la iglesia y se dirigió al confesionario de la izquierda. Daba pena verlo tan solo, tan triste, tan sucio. Rompió una telaraña y sacudió el polvo. Volvió a la sacristía y llamó a la señora y al nieto.
La luz del confesionario se encendió. ¡Todavía funcionaba! Tenía dudas el padre abad, pues desde hacía mucho tiempo que no se usaba ese lugar para lo que fue construido: para confesar…
Entró primero el joven. Estuvo tiempo, mucho tiempo, tranquilo, sin prisas. ¿Conversó o se confesó? Dios lo sabe. Pero el joven salió distinto, con una sonrisa como pocas veces se le había visto en los últimos meses. Al despedirse del padre abad, le dijo: "¿Sabe? Es la primera vez en mi vida que hablo con un sacerdote".
Luego entró la señora anciana. Quería estar poco tiempo, confesarse rápido, pues pensaba que el padre tendría mucha prisa. Pero se sintió extrañamente acogida, con más cariño que nunca. El padre abad le dedicó tiempo, mucho tiempo, como si ella fuese la persona más importante del mundo.
En la capilla del Sagrario, Jesús estaba muy feliz. Porque un sacerdote había recordado que lo más importante es cuidar a las ovejas. Y porque dos almas, de edades y mentalidades muy diferentes, habían tenido la ocasión de recibir una nueva señal del cariño inmenso que Dios tiene por cada uno de sus hijos.
Saludos cordiales a nuestros lectores
amigo y servidor
padre juan manuel ruiz
lunes, 25 de enero de 2010
martes, 12 de enero de 2010
el alcoholismo y sus concecuencias
Parroquia de San Rafael del Parque
Tema: El Alcoholismo un problema.
Grupo Pastoral Familiar.
En México el problema del alcoholismo es el que mas daña a las familias. Según estudios del Instituto Sicoantropológico, publicados en el periódico excelsior del 7 de agosto de 1995, existen un poco más de cuatro millones de alcohólicos, en fase critica, es decir muy avanzada, de los cuales, por lo menos 250 mil están en camino de su autodestrucción, es decir, condenadas a muerte sin esperanzas de redención.
De esos cuatro millones de alcohólicos en fase crítica, un 25% son mujeres.
Según datos de la secretaria de Salud dice que: “ No serían suficientes los hospitales, consultorios, médicos y enfermeras de los sectores públicos y privados si en un solo día entraran en crisis las personas que pueden ahora ser consideradas como enfermos alcohólicos.
En nuestro país se incrementan casi libremente los establecimientos que expenden alcohol que ya superan los 250 mil. El 5.7% de la población mayor de 20 años padece alcoholismo.
EL ALCOHOLICO: Bebe por adicción, es decir, que por haber bebido alcohol con frecuencia y por mucho tiempo, aún contra su voluntad tiene que beber, se ve forzado a ello puesto que frente al deseo compulsivo de ingerir alcohol fracasa su voluntad de hacerlo.
Siente remordimiento después de haber bebido; se culpa de no haber podido dejar de beber.
Pierde interés y entusiasmo por los demás y por lo que le rodea, sólo le interesa la bebida.
Al no poder controlarse por no tener dominio de sí mismo, bebe más de lo que tenía pensado y gasta demasiado en alcohol.
EL ALCOHOLISMO: Es la situación que vive el alcohólico como consecuencia de su deseo desordenado e incontrolado de beber y que;
· Le impide llevar a cabo y conservar su empleo.
· Afecta sus relaciones con sus seres queridos en el hogar y en la sociedad.
· Deteriora su reputación ante los demás.
· Graves problemas económicos y morales.
Tema: El Alcoholismo un problema.
Grupo Pastoral Familiar.
En México el problema del alcoholismo es el que mas daña a las familias. Según estudios del Instituto Sicoantropológico, publicados en el periódico excelsior del 7 de agosto de 1995, existen un poco más de cuatro millones de alcohólicos, en fase critica, es decir muy avanzada, de los cuales, por lo menos 250 mil están en camino de su autodestrucción, es decir, condenadas a muerte sin esperanzas de redención.
De esos cuatro millones de alcohólicos en fase crítica, un 25% son mujeres.
Según datos de la secretaria de Salud dice que: “ No serían suficientes los hospitales, consultorios, médicos y enfermeras de los sectores públicos y privados si en un solo día entraran en crisis las personas que pueden ahora ser consideradas como enfermos alcohólicos.
En nuestro país se incrementan casi libremente los establecimientos que expenden alcohol que ya superan los 250 mil. El 5.7% de la población mayor de 20 años padece alcoholismo.
EL ALCOHOLICO: Bebe por adicción, es decir, que por haber bebido alcohol con frecuencia y por mucho tiempo, aún contra su voluntad tiene que beber, se ve forzado a ello puesto que frente al deseo compulsivo de ingerir alcohol fracasa su voluntad de hacerlo.
Siente remordimiento después de haber bebido; se culpa de no haber podido dejar de beber.
Pierde interés y entusiasmo por los demás y por lo que le rodea, sólo le interesa la bebida.
Al no poder controlarse por no tener dominio de sí mismo, bebe más de lo que tenía pensado y gasta demasiado en alcohol.
EL ALCOHOLISMO: Es la situación que vive el alcohólico como consecuencia de su deseo desordenado e incontrolado de beber y que;
· Le impide llevar a cabo y conservar su empleo.
· Afecta sus relaciones con sus seres queridos en el hogar y en la sociedad.
· Deteriora su reputación ante los demás.
· Graves problemas económicos y morales.
lunes, 4 de enero de 2010
LOS SANTOS REYES
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgghR8E0H9bayl58NLG08f80Z75jum7jC-PJkze060duhE73QdglkgF_UgqamW1hq2QTriJVsZtuxBlq6XKxM4d8ElN_af5teKMyOS1gkelZUUi0q9byG4wYuDusXGI1fluJvcuei9IQ-0/s320/los+santos+reyes.jpg)
AMIGOS DE DIOS Y AMIGOS NUESTROS.
Unos Magos venidos de Oriente se presentaron un día ante el Niño Dios y le ofrecierón sus regalos: oro, incienso y mirra. Dones que se han tratado de interpretar de la siguiente forma: El oro como a Rey, El incienso, como a Dios, y la mirra, como a Hombre.
Tres personajes que según la tradición se llamaban: Melchor, Gaspar y Baltazar. Representan a todos los hombres, a toda la humanidad y llegan a dar las gracias al Redentor. Los dones fueron muy bien escogidos, muy apropiados.
Los magos querían decirle a aquel Redentro:"Bienvenido sea a nuestro hogar, a esta pobre tierra". Al menos algunos fueron a darle la bienvenida y las gracias.
Hoy Melchor, Gaspar y Baltasar somos tú y yo. Somos todos los hombres. Aquel Niño Dios ha vuelto para echarnos una mano. para redimirnos otra vez, -Que buena falta nos hace- ¿Qué regalos le hemos llevado?
No importa que no tengas oro, porque está muy caro hoy, pero sí tienes algo que vale más que el oro: " tu gratitud, tu amor"
No me digas que nunca le das gracias a Dios, que nunca te acuerdas de Él. ¿ Sabías que olvidarte de dar las gracias a quien te da todo es una gran falta de educación?.
Tú no haces eso con la persona que te saluda, preta dinero o te hace algún favor, ¿ por qué? Porque tienes educación.
Y ¿ qué le puedes regalar a Dios si no tienes incienso ni mirra? Quizá no los tengas, pero tienes lengua para dar las gracias por la vida, por tu familia, por tu cuerpo y tu alma, por tantas cosas en fin.
Saludos a todos los lectores
P. Juan M. Ruiz A.
Unos Magos venidos de Oriente se presentaron un día ante el Niño Dios y le ofrecierón sus regalos: oro, incienso y mirra. Dones que se han tratado de interpretar de la siguiente forma: El oro como a Rey, El incienso, como a Dios, y la mirra, como a Hombre.
Tres personajes que según la tradición se llamaban: Melchor, Gaspar y Baltazar. Representan a todos los hombres, a toda la humanidad y llegan a dar las gracias al Redentor. Los dones fueron muy bien escogidos, muy apropiados.
Los magos querían decirle a aquel Redentro:"Bienvenido sea a nuestro hogar, a esta pobre tierra". Al menos algunos fueron a darle la bienvenida y las gracias.
Hoy Melchor, Gaspar y Baltasar somos tú y yo. Somos todos los hombres. Aquel Niño Dios ha vuelto para echarnos una mano. para redimirnos otra vez, -Que buena falta nos hace- ¿Qué regalos le hemos llevado?
No importa que no tengas oro, porque está muy caro hoy, pero sí tienes algo que vale más que el oro: " tu gratitud, tu amor"
No me digas que nunca le das gracias a Dios, que nunca te acuerdas de Él. ¿ Sabías que olvidarte de dar las gracias a quien te da todo es una gran falta de educación?.
Tú no haces eso con la persona que te saluda, preta dinero o te hace algún favor, ¿ por qué? Porque tienes educación.
Y ¿ qué le puedes regalar a Dios si no tienes incienso ni mirra? Quizá no los tengas, pero tienes lengua para dar las gracias por la vida, por tu familia, por tu cuerpo y tu alma, por tantas cosas en fin.
Saludos a todos los lectores
P. Juan M. Ruiz A.
martes, 29 de diciembre de 2009
Oración de fin de año
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Oración de fin de año
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ORACION DE FIN DE AÑO
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Señor, Dios...
Dueño del tiempo y de la eternidad.
Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias, por todo
aquello que recibì de Tì.
Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegrìa y el dolor,
por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofresco cuanto hice este año.
El trabajo que pude realizar, las cosas que
pasaron por mis manos, y lo que con ellas
pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos rumores, lo más cercanos a mí,
y los que estan más lejos, los que me dieron su mano, y aquellos
a los que pude ayudar.
Con los que compartì la vida, el trabajo, el dolor la alegría.
Pero también quiero pedirte perdón.
Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
Perdón por vivir sin entusiasmo, También perdón por la oración
que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida, ante el nuevo
calendario aún sin estrenar.
Te presento estos días,que sólo TU sabes, si llegare a vivirlos
Hoy te pido para mí y los mios, la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la caridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad.
Llevando a todas partes, un corazón lleno de comprensión y de paz.
Cierra `Tú mis oidos, a toda falsedad. Y mis labios, a palabras mentirosas,
egoistas, mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno.
Que mí espíritu, se llene sólo de benciciones, y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría, para cuantos conviven conmigo, o los que
se acerquen a mí, encuentren en mi vida, un poquito de Tí.
Danos un año feliz y eseñanos a repartir felicidad. Amén.
lunes, 28 de diciembre de 2009
Mensaje de Navidad
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"Dum medium tenerent omnia....". "Un silencio sereno lo envolvía todo, y, al meditar la noche su carrera, tu Palabra todopoderosa, Señor, vino desde el trono real de los cielos"
En esta Noche Santa se cumple la antigua promesa: el tiempo de la espera ha terminado, y la Virgen da a luz al Mesías: Un recién nacido frágil, que las manos de una mujer envuelven en el pesebre. He aquí el icono de la Navidad.
Jesús nace para la humanidad que busca libertad y paz; nace para todo hombre oprimido por el pecado, necesitado de salvación y sediento de toda esperanza. En las catedrales y en las basílicas, así como en las iglesias mas pequeñas y diseminadas por todos los lugares de la tierra, se eleva con emociòn el canto de los cristianos:"Hoy nos ha nacido el Salvador".
¿ Quién puede pensar que ese pequeño ser humano es el "Hijo del Altísimo" (Lc 1,32). Sólo ella, su Madre, conoce la verdad y guarda su misterio. También para nosotros, hombres del tercer milenio, es posible encontrar a Cristo y contemplarlo con los ojos de María. La noche de navidad se convierte así en escuela de fe y de vida.
No sólo eso. El acontecimiento histórico que estamos viviendo en el misterio es el "camino" que se nos ofrece para llegar al encuentro con Cristo Glorioso. En efecto, con su Encarnación, Jesús nos enseña a "renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos" (Tt 2,12-13).
El niño acostado en la pobreza de un pesebre; ésta es la señal de Dios. Pasan los siglos y los milenios, pero queda la señal, y vale también para nosotros, hombres y mujeres del tercer milenio. Es señal de esperanza para toda la familia humana: señal de paz para cuantos sufren a causa de todo tipo de conflictos; señal de liberación para los pobres y los oprimidos; señal de misericordia para quien se encuentra en el círculo vicioso del pecado; señal de amor y de consuelo para quien se siente solo y abandonado.
Extracto de homilía de S.S Juan Pablo II
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2010¡
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